Mi amigo Vicente, que conoce el asunto de paisajes bastante bien, en más de una ocasión comentó que para realizar buenas fotos de paisaje hay que seguir unas determinadas pautas, además de tener la lógica capacidad para “saber ver” ese encuadre y ese toque que debe configurar una buena composición. Entre esas pautas está la de conocer las horas, la orientación y otros detalles tanto de la salida como la puesta de Sol; detalles todos que en un taller de fotografía celebrado en AFONAMA, nos explicó a los socios. Comento todo esto porque a pesar de sus consejos y de, no por sabio si no por viejo, ya debería de cuidarme de estos y otros detalles, pero a veces aun “sabiendo lo que hay”, por aquello de “bueno vamos a ver y probamos”, me fui al mirador de Gibralfaro bastante tempranito, haciendo un poco de tiempo antes de ir para hacer unas pruebas de macro, y efectivamente, me encontré lo que más o menos me esperaba, verano, la salida del Sol con una orientación impropia para mis pretensiones y en fin, falta de nubes de algún motivo interesante, etc., pues nada, un paseíto mañanero y disfrutar de la vista de Málaga, y ya puestos, un intento de plasmar aunque quede un tanto soso, ese perfil de la costa este de la ciudad, desde la Caleta hasta el Peñón del Cuervo. Realmente como foto, poca chicha tiene, pero yo sigo con lo mío, paso de temas de calidad cuando de mi Málaga se trata, así que hice la foto solo para llevarme esa vista de ese pedazito de costa, máxime cuando nací justo en el Valle de los Galanes, entre Pedregalejos y El Palo; imposible resistir la tentación de plasmar esa vista y tenerla como recuerdo, a pesar de ser consciente que como fotografía, deja mucho, pero mucho que desear. Como siempre digo, ya caerá la ocasión en que encuentre el momento justo y apropiado para hacer una foto impactante.
