

Desde que visito junto a mi esposa, a nuestros amigos Juan y Antonia, vecinos de Alpandeire, cada vez, descubrimos algún detalle interesante. Siempre aparece un rincón que encierra un nuevo secreto, una pincelada oculta y nos acerca más a su historia.
En una de aquellas visitas que el año pasado hicimos, mientras visitábamos la iglesia, en uno de los conjuntos de arcos de bóveda, se apreciaban los frescos que se estaban restaurando, al retirar las capas de pintura que se les aplicó para ocultarlos, detalle que durante mucho tiempo y en una inmensa mayoría de construcciones, tanto de carácter religioso, como en otro tipo de construcciones se vino practicando, por motivos de “regenerar” o “rediseñar” las anteriores obras al considerarlas antiguas y “pasadas de moda”, simple y llanamente se tapaba lo que había, cuando no se eliminaba directamente.
En este caso, la restauración nos está descubriendo unos trabajos de decoración de épocas pasadas.
En una de aquellas visitas que el año pasado hicimos, mientras visitábamos la iglesia, en uno de los conjuntos de arcos de bóveda, se apreciaban los frescos que se estaban restaurando, al retirar las capas de pintura que se les aplicó para ocultarlos, detalle que durante mucho tiempo y en una inmensa mayoría de construcciones, tanto de carácter religioso, como en otro tipo de construcciones se vino practicando, por motivos de “regenerar” o “rediseñar” las anteriores obras al considerarlas antiguas y “pasadas de moda”, simple y llanamente se tapaba lo que había, cuando no se eliminaba directamente.
En este caso, la restauración nos está descubriendo unos trabajos de decoración de épocas pasadas.