Otro rincón de esta nuestra Andalucía, lugar que encierra encantos insospechados. Se trata de La Sauceda, antiguo poblado enclavado en el término municipal de Cortes de la Frontera, provincia de Málaga, lindando Cádiz, y dentro del Parque Natural de los Alcornocales, el cual comparten Cádiz y Málaga, en definitiva, es totalmente irrelevante el que esté más o menos en Málaga como en Cádiz, es simplemente un trocito de paraíso que por su situación geográfica, cerca de Grazalema, entre la Serranía de Ronda, al este y el Océano Atlántico al oeste, goza de unas condiciones climatológicas especiales y que hace que todo esa zona sea junto a Santiago de Compostela, la que más pluviometría recoge.
Estas características son sin duda las que hacen que al adentrarnos en sus verdes y exuberantes sendas, rodeados de Alcornoques, Quejigos, Laurisilva macaronésica, una importante variedad de Quercus, Polipodios, Hiedras, Zarzamora, Brezo, Líquenes, Setas, y así una inmensa variedad con una gran importancia medioambiental, de igual forma existe una variada y extensa Fauna.
El lugar al que hago referencia, conocido como La Sauceda, actualmente está regentado como zona de acampada, sus antiguas edificaciones habilitadas para uso y recreo de los visitantes, así mismo existen unos senderos de recorrido limitado y que nos enseñan parte de este, repito, Paraíso. Gracias a que la zona está controlada, al menos podemos tener la garantía de que el impacto que recibe por los visitantes, está también limitado y controlado, ya que el resto del Parque Natural es de proporciones importantes y no accesible lo que le protege y permite que mantenga esa naturaleza, fresca, viva y que nos da esperanzas de mantener esa riqueza natural que por desgracia en tantas y tan importantes zonas de Andalucía se están degradando y por culpa de la mano del hombre, sufren un deterioro terrible e incontrolado.
En la página de Galerías, y en la de Editores, así como en el Blog de Afonama, asociación a la que pertenezco, he publicado fotos de este maravilloso entorno. Aquí tan sólo dejaré unas fotos de una ermita que había en el poblado y que hoy está totalmente derruida y tan sólo queda un pequeño vestigio de lo que pudo ser en su día.
Ya que la misma mano que destruyó aquello que debió conservar; no lo hizo, que la fotografía nos deje constancia de esos últimos vestigios; estas con suerte, no se borraran y sí perdurarán como testigos fieles de aquello que en su día fue.
Estas características son sin duda las que hacen que al adentrarnos en sus verdes y exuberantes sendas, rodeados de Alcornoques, Quejigos, Laurisilva macaronésica, una importante variedad de Quercus, Polipodios, Hiedras, Zarzamora, Brezo, Líquenes, Setas, y así una inmensa variedad con una gran importancia medioambiental, de igual forma existe una variada y extensa Fauna.
El lugar al que hago referencia, conocido como La Sauceda, actualmente está regentado como zona de acampada, sus antiguas edificaciones habilitadas para uso y recreo de los visitantes, así mismo existen unos senderos de recorrido limitado y que nos enseñan parte de este, repito, Paraíso. Gracias a que la zona está controlada, al menos podemos tener la garantía de que el impacto que recibe por los visitantes, está también limitado y controlado, ya que el resto del Parque Natural es de proporciones importantes y no accesible lo que le protege y permite que mantenga esa naturaleza, fresca, viva y que nos da esperanzas de mantener esa riqueza natural que por desgracia en tantas y tan importantes zonas de Andalucía se están degradando y por culpa de la mano del hombre, sufren un deterioro terrible e incontrolado.
En la página de Galerías, y en la de Editores, así como en el Blog de Afonama, asociación a la que pertenezco, he publicado fotos de este maravilloso entorno. Aquí tan sólo dejaré unas fotos de una ermita que había en el poblado y que hoy está totalmente derruida y tan sólo queda un pequeño vestigio de lo que pudo ser en su día.
Ya que la misma mano que destruyó aquello que debió conservar; no lo hizo, que la fotografía nos deje constancia de esos últimos vestigios; estas con suerte, no se borraran y sí perdurarán como testigos fieles de aquello que en su día fue.
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