Este domingo mientras buscaba un pequeño camaleón al que en días anteriores mi madre estuvo viendo por los alrededores de la casa, encontré algunas florecillas de las que ya empiezan a dar señales de vida; cosa más que lógica, al menos después de la cantidad de agua que nos ha caído.
Así que pasé un poco del camaleoncito, a quien en otro momento buscaré para retratarlo, y me puse a sacar alguna tomas de las susodichas flores.
Por aquí las dejo con la dedicatoria del título, Flores para Espe; se trata de mi hermana Esperanza a quien le gustan las flores, y aunque estas son silvestres, andan por su parcela y por tanto forman parte de su jardín particular.
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